La hermosura de Babel: una ciudad para vivir en comunidad.
Quizas para poder transmitir de manera
simple y sintética esta reflexión, podemos pensar que a la ciudad
la podemos mirar como la Torre de Babel.
La torre hoy, para una parte de los
ciudadanos, es un lugar donde las divisiones chocan, constantemente y
se ve reflejado cada dos años en las elecciones. Esas divisiones son
en parte, por los distintos “idiomas” en los que se comunica la
gente que habita la Torre.
Un idioma además que quiere imponer su
mirada del mundo, quieren una Torre uniforme, donde solo sus valores
son los válidos.
El relato más conocido sobre la Torre
de Babel, en el libro del Génesis en el Antiguo Testamento, Dios
recae su castigo en la humanidad por su arrogancia y hostilidad
exponiendo a la comunidad a una confusión de lenguas. Al conflicto
permamente, a la grieta, la división constante.
No obstante, aquellos que vemos a la
Torre como algo virtuoso, que enriquece la visión, que acepta la
diversidad, lo hermoso de lo
distinto, la belleza del intercambio de saberes y experiencias, de
sentir y pensar un espacio mejor para la familia. Que construye
comunidad desde la diferencia. Este “castigo” puede ser
visto al mismo tiempo como un don que no solo limita, restringe,
constringe, impone, sino que también define y proyecta a todxs los
que la habitan en sus posibilidades y potencialidades. Regenera y
genera un tejido social unico, de manera constante, en paz y armonía.
Ese es uno de los desafíos, para los que vemos lo bello en lo
diverso.
Si en el principio la comunidad estaba
o esta confundida con la grieta, o las prácticas poco honradas para
poder “convencer”, esta claro que la comunidad este confundida,
sin un horizonte claro, preciso, sin poder vislumbrar un mañana en
este nuevo siglo.
Sin embargo esa confusión se supera en
el entendimiento mutuo que hay en las personas que se encuentran en
el diálogo, y se aceptan. Las diferencias de hablar “distantas
lenguas» , según como lo veamos, es que permite a la comunidad
generar un nuevo paradigma de convivencia y prosperidad. Al
identificar las diferencias, es posible nos podamos encontrar y nos
podamos entender.
Poner sobre el papel nuestras
ideas y esperanzas, encontrar valores comunes, entender que la paz y
la armonía comienzan con la aceptación de las diferencias. Y
construir y regenerar nuestra ciudad desde un nuevo paradigma,
sustentable, inclusivo, diverso e innovador.
Una
nueva ciudad sobre la Babel, una ciudad que viene.



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