Desensillar hasta que aclare


(dijo Perón en el año 1966, cuando era claro que lo que se venía era la dictadura militar de Onganía)





Hay momentos en que la duda o la indefinición no sólo es paralizante, sino también un signo inequívoco de “cobardía” física, moral o intelectual. Pero no siempre es así.

A veces es sabio tomar distancia, observar desde un punto equidistante que permita poder ver cuales son las fuerzas profundas que realmente definen el signo de los tiempos pero que no se perciben a simple vista, y lo que hoy es o aparenta ser no es más que el fin de lo “viejo”. Muy por debajo esas fuerzas nuevas y determinantes todavía subterráneas no toman estado público, estado masivo, estado democrático.

Desensillar no significa volver a la caverna, no infiere la inmovilidad, por el contrario, invita a reflexionar y a la acción de a pie. Implica la idea de hermandad, ruedas de mate (o redes sociales) con el propósito de establecer análisis de coyuntura reales, concretos, sin nostalgias tangueras lúgubres, sino a partir de ellos y causi simultáneamente estrategias de acción.

Ni el hambre, ni la desigualdades, ni la violencia, nada de lo que nos hace pararnos frente a la injusticia más feroz ha dejado de existir, ni mucho menos. Se viven tiempos violentos y de injusticias atroces, silenciosas, gobernadas por un “sálvence quién pueda” más sutil y macabro que el de los `90, aggiornado.

Qué representamos? A quién representamos? Cómo lo hacemos? Cómo deberíamos hacerlo?. Quienes somos realmente?.

Lo que pasó, pasó, podemos hacer y retomar muchas ideas que quedaron truncas por coyunturas, por caminos que no nos convencían pero que eran lo que definía la mayoría de ese momento.

No es momento de miedo y repliegue, es momento de pies firmes y en movimiento, con la alegría de miliar por la causa justa, de buscar al/la amigx, al/la compañerx, darnos un abrazo, y movernos en torno a la felicidad de disfrutar el camino de lo justo, por lo justo.

“...la lucha interna da al partido fuerzas y vitalidad; la prueba más grande de la debilidad de un partido es la amorfía y la ausencia de fronteras bien delimitadas; el partido se fortalece depurándose...” -Carta de Lasalle a Marx, citado por Lenin en ¿Qué hacer? Problemas candentes de nuestro movimiento-.
Vendrán sin lugar a dudas tiempos mejores, porque la derecha tiene dos años menos para lastimar a nuestro pueblo, aunque le queden dos o seis más, quizás.

El "enemigo" en común nos da cierto horizonte, aun cuando no estamos seguros de juntarnos a otros partidos o sectores. Debemos golpearnos tanto el pecho y “discriminar” a lxs compañerxs de lucha?, debemos salir pulcros del barro de la historia?.

No somos un partido de masas, no lo seremos en el mediano plazo. Partiendo de ahí podemos reflexionar a quién representamos y quienes somos. Debemos “luchar”, intentar pararnos, posicionarnos, representar fielmente a al menos un 10%, 15% de la sociedad actual. No entendida como una clase social en sí, más bien por ejes temáticos transversales, garantizar derechos.

Pensarnos de derecha o izquierda es una cosa, comunicar serlo es otra. Los partidos “modernos” no hablan de izquierda o derecha, los partidos modernos representan intereses que desde esa dicotomía no pueden abarcarse. Querer ser la vanguardia e ilustrar a las masas amorfas ya no es tan claro como quizás lo fue en el siglo XX, error quizás imbrincado en el barro de la historia de ese siglo, querer "ilustrar" al otro.

Hoy la información por más tendensiosa, cooptada, dominada, “posveridica”, presentada por los grandes grupos económicos, llega a todos. Internet permitió y genero una complejidad en la comunicación en general, y en la sociopolítica en particular sin precedentes...

A eso “nuevo” debemos aggionarnos. Sin dejar de entender que al menos por un tiempo la territorialidad en un sentido atávico sigue siendo importante debemos utilizar los medios actuales para poder trascender y posicionarnos en todo el aquelarre de pequeños partidos, organizaciones y movimientos sociopoliticos.

No hablar de grieta sino de los Verdaderos problemas. El hambre, el trabajo, la desigualdad, las brechas, que se acentúan y acentuarán de una manera meteórica. Sin lugar a dudas tendremos un espacio de representatividad social en ese escenario de “lucha”.

En suma, no se trata de ser progresista, ni siendo oficialista, ni siendo opositor de derecha, se trata de ver, observar, y comenzar a crear alternativas superadoras.

Pensamiento y acción



Podríamos considerar algunas movidas tácticas para consolidar la fuerza progresista en la estrategia prioritaria del GEN Nacional en 2018.

Simultaneidad, no tenemos ni tiempo ni espacios para permitirnos uno antes que otro.
Así como debemos intercambiar acciones para consolidar y crecer en todo el territorio nacional, debemos entender que si no estamos a la altura del desafío de enfrentar la injusticia que vivimos, pereceremos, entendiendo a la complejidad sociopolítica como denominador común.

Aunque siempre en un Orden de prioridades, podríamos marcar algunos pasos a seguir:

- Rediseñar la identidad partidaria en todo sentido, la comunicación en un sentido más que amplio.
- Sumarse a la construcción de nuevas alianzas/frentes se dará por decantación del proceso neoliberal que lidera el PRO.
- “Festejar la militancia”, disfrutar la lucha por lo justo, por una mejor sociedad. No pueden quitarnos el disfrute, no son ellos felices, porque no incluyen a todxs. Es una mentira su sonrisa. Nos mienten. Y por el momento la gente “compra” ese producto. No serán nunca la solución a la desigualdad en todo sentido.

Podemos y debemos aplicar lo mismo que estamos proponiendo a nivel nacional en general, en cada uno de nuestros territorios. “Festejar la militancia”, el reencuentro, la fraternidad, y juntxs reconfigurar la forma en que luchamos por lo que siempre luchamos un país que tome conciencia de todo lo que puede dar, Primero para nosotros, lxs argentinxs, y después para todxs aquellxs que quieran habitar nuestro suelo.

Las ideas concretas a las acciones necesarias para poder participar de la arena socipololítica las charlamos en persona, con unos mates. Me gustaría aportar varias.

Exhortar a la acción sin resignar los principios, sin bajar los brazos. Con propuestas concretas en cada tema de agenda, e incluso instalar temas en la agenda pública que muchas veces no son visibilizadas. Vienen o están marcando la agenda desafíos muy importantes, cambio climático, inteligencia artificial, genética, salud, trabajo, educación, participación política, violencias.

Siendo nuestro país, un país con abundancia, el hambre y la desnutrición son un insulto, una aberración, un ataque a la razón y al corazón.

Además, claramente no hay justicia, hoy tenemos una justicia clasista, oportunista, eso no es Justicia.

Las luchas y banderas que antes estaban a flor de piel, no desaparecieron, están subyacentes a la gran maraña comunicativa de los poderes que nublan la conciencia del pueblo. Tenemos que utilizar las herramientas disponibles para poder instalarnos, renovarnos, y poder generar espacio de resistencia.

Los problemas siguen siendo los mismos desde los inicios de la historia, está en nosotros reconocerlos y generar una estrategia para modificar aquello que nos movilicen con más fuerza, el corazón. Ni más ni menos que recordar estas líneas:

Nos los representantes del pueblo de la Nación Argentina, reunidos en Congreso General Constituyente por voluntad y elección de las provincias que la componen, en cumplimiento de pactos preexistentes, con el objeto de constituir la unión nacional, afianzar la justicia, consolidar la paz interior, proveer a la defensa común, promover el bienestar general, y asegurar los beneficios de la libertad, para nosotros, para nuestra posteridad, y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino: invocando la protección de Dios, fuente de toda razón y justicia: ordenamos, decretamos y establecemos esta Constitución, para la Nación Argentina.
"Desensillar hasta que aclare", sin dejar de caminar.



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